Blog gratis
Reportar
Editar
¡Crea tu blog!
Compartir
¡Sorpréndeme!
img
img

 

 

ANALISIS HISTORICO POLITICO
Blog de sandraaun

img
img
11 de Marzo, 2009 · SOCIEDAD Y CONSUMO

CAMBIOS EN LA SOCIEDAD POS INDUSTRIAL

CONSIGNAS

 

xix y comienzos del siglo XX. No solamente participaron de este progreso las clases medias, sino también los obre­ros, que se transformaron en agentes libres y activos, en luchadores en pro de sus intereses económicos, y al mismo tiempo de los fines más amplios de la hu­manidad.

Con la fase monopolista del capitalismo, tal como se fue desarrollando de manera creciente en las últi­mas décadas, la importancia respectiva de ambas ten­dencias pareció sufrir algún cambio. Adquirieron mayor peso factores tendientes a debilitar el yo indivi­dual, mientras que aquellos dirigidos a fortificarlo vieron relativamente mermada su importancia. El sen­timiento individual de impotencia y soledad fue en aumento, la libertad de todos los vínculos tradicionales se fue acentuando, pero las posibilidades de lograr el éxito económico individual se restringieron. El indivi­duo se siente amenazado por fuerzas gigantescas, y la situación es análoga en muchos respectos a la que existía en los siglos xv y xvi.

El factor más importante de ese proceso es el crecimiento del poder del capital monopolista. La concentración del capital (no de la riqueza) en cier­tos sectores de nuestro sistema económico, restringió las posibilidades de éxito para la iniciativa, el coraje y la inteligencia individuales. La independencia eco­nómica de muchas personas ha resultado destruida en aquellas esferas en las que el capital monopolista se ha impuesto. Para los que siguen defendiéndose, es­pecialmente para gran parte de la clase media, la lucha asume el carácter de una batalla tan desigual que el sentimiento de confianza en la iniciativa y el coraje personales es reemplazado por el de impotencia y desesperación. Un pequeño grupo, de cuyas decisio­nes depende el destino de gran parte de la población, ejerce un poder enorme, aunque secreto, sobre toda


156            ERICH    FROMM

la sociedad. La inflación alemana en 1923 o la crisis norteamericana de 1929 aumentaron el sentimiento de inseguridad, destrozaron en muchos la esperanza de abrirse camino por el esfuerzo personal y anularon la creencia tradicional en las ilimitadas posibilidades de éxito.

Es verdad que el pequeño y mediano hombre de negocios, que se ve virtualmente amenazado por el poder abrumador del gran capital, puede continuar realizando beneficios y preservar su independencia, pero la amenaza que pende sobre su cabeza aumenta su inseguridad e impotencia en una medida mucho mayor de la que podía observarse anteriormente. En su lucha en contra de los competidores monopolistas está enfrentando a gigantes, mientras que antes com­batía contra sus pares. También la situación psico­lógica de aquellos hombres de negocios independien­tes, para los cuales el desarrollo de la industria moder­na ha creado nuevas funciones económicas, difiere de la del antiguo comerciante o industrial. Un ejemplo de tal diferencia lo constituye aquel tipo de hombre de negocios independiente que a veces es citado como un caso del surgimiento de una nueva forma de vida en la clase media: el propietario de un puesto de distribución de gasolina. Muchos de esos propietarios son económicamente independientes. Poseen su nego­cio del mismo modo que el almacenero o el sastre poseen el suyo. Pero, ¡qué diferencia entre el viejo y el nuevo tipo del hombre de negocios independien­te! El almacenero necesitaba de un alto grado de expe­riencia y capacidad. Debía elegir entre un cierto nú­mero de comerciantes al por mayor para hacer sus compras de acuerdo con los precios y calidades que estimara más convenientes; debía conocer las necesi­dades individuales de sus numerosos clientes, a quie­nes también debía aconsejar en sus compras y decidir acerca de la conveniencia de concederles crédito. En


EL MIEDO A LA LIBERTAD  157

general, la función del comerciante de viejo estilo no solamente suponía independencia, sino que también requería pericia, conocimiento, actividad y una presta­ción de servicios de tipo individual. El distribuidor de gasolina, en cambio, se halla en una situación com­pletamente distinta. Vende una sola y única clase de mercadería: gasolina y lubricantes.

Su posición de comprador y su poder de regateo con las compañías petroleras se hallan limitados. Re­pite mecánicamente siempre el mismo acto de llenar depósitos de gasolina y vender lubricantes. Tiene una oportunidad mucho menor que el antiguo almacenero para utilizar aptitudes de pericia, iniciativa y energía individuales. Sus beneficios se hallan determinados por dos factores: el precio que debe pagar por la gasolina y los lubricantes, y el número de automovi­listas que paran en su estación de servicio. Ambos factores ecapan en gran parte a su dominio; simple­mente debe funcionar como un agente entre el mayo­rista y el consumidor. Desde el punto de vista psico­lógico existe muy poca diferencia entre el hecho de estar empleado por la compañía y el de ser un co­merciante independiente: siempre se trata de un mero engranaje de la vasta máquina de distribución.

Por lo que se refiere a la nueva clase media, inte­grada por los obreros de "cuello duro", cuyo número ha ido creciendo con la expansión de la gran empresa, es obvio que su posición resulta muy distinta de la de los pequeños comerciantes e industriales indepen­dientes de otro tiempo. Podría sostenerse que, si bien han dejado de ser independientes en el sentido formal, de hecho se les ofrecen oportunidades de éxito fun­dadas en el desarrollo de la iniciativa individual y de la inteligencia, en una medida igual, si no mayor, de la que se le ofrecía al almacenero o al sastre de viejo estilo. En cierto sentido, esto es verdad, pero resulta difícil descubrir en qué grado. Psicológicamente, la


158            ERICH FROMM

situación del empleado es distinta. Es parte de una vas­ta máquina económica, realiza una tarea altamente es­pecializada, se halla en feroz competencia con centena­res de colegas que se encuentran en la misma posición y si llega a dejarse superar es inexorablemente despe­dido. Más brevemente, aun cuando sus probabilidades de éxito resulten a veces mayores, no deja de haber perdido gran parte de la seguridad y la independencia del antiguo hombre de negocios; en cambio, se ha tornado un engranaje, a veces pequeño, a veces más grande, de una maquinaria que le impone su ritmo, que escapa a su dominio y frente a la cual aparece como una insignificante pequenez.

Las consecuencias psicológicas de la vastedad y su­perioridad de poder de la gran empresa han incidido también sobre el obrero. En la pequeña empresa de otrora éste conocía personalmente a su patrón y se hallaba familiarizado con su fábrica, cuyo total fun­cionamiento podía observar; si bien era tomado y des­pedido según las necesidades del mercado, siempre existía alguna relación concreta con el patrón y su empresa capaz de otorgarle el sentimiento de pisar un suelo familiar y conocido. Muy distinta es la posi­ción de un hombre en una fábrica en la que trabajan miles de obreros. El patrón se ha vuelto una figura abstracta: nunca logra verlo; la dirección no es más que un poder anónimo que trata con él de una manera indirecta y frente al cual, como individuo, es algo insignificante. La empresa tiene dimensiones tales, que el individuo es incapaz de conocer algo más allá del pequeño sector relacionado con la tarea que le toca desempeñar.

Tal situación ha sido compensada de algún modo por los sindicatos. Éstos no solamente han mejorado la posición económica del obrero, sino que también han producido un efecto psicológico importante al proporcionarle el sentimiento de su fuerza y significa-


EL MIEDO A LA LIBERTAD  159

do frente a los gigantes económicos con que debe lu­char. Desgraciadamente muchos sindicatos han crecido, transformándose también ellos en enormes organiza­ciones que dejan muy poco lugar a la iniciativa indi­vidual del socio. Éste paga su cuota y de vez en cuando ejerce el derecho de voto, pero aquí, como allá, no es más que el pequeño engranaje de una gran maquinaria. Sería asunto de la mayor importancia el que los sindicatos se transformaran en órganos apo­yados en la activa cooperación de cada uno de sus miembros, con una organización que asegurara la efec­tiva participación de todos en la vida de la entidad y los hiciera sentirse responsables de su funciona­miento.

La insignificancia del individuo en nuestros tiem­pos no atañe solamente a su función como hombre de negocios, empleado o trabajador manual, sino tam­bién a su papel de cliente. Esta última función ha sufrido un cambio drástico en las últimas décadas. El cliente que visitaba un negocio cuyo dueño era un comerciante independiente, se hallaba seguro de ser objeto de un trato personal; su adquisición representa­ba algo importante para el propietario; se lo recibía como una persona que significaba algo para el comer­ciante; sus deseos eran materia de estudio; el acto mismo de la compra le proporcionaba cierto senti­miento de importancia y dignidad. ¡Cuán distinta es ahora la relación del cliente con las grandes tien­das! La vastedad del edificio, la abundancia de las mercaderías expuestas, el gran número de empleados ejercen sobre él una profunda impresión; todo lo hace sentirse pequeño y sin importancia. Y en verdad, como individuo no ofrece interés alguno al estableci­miento comercial. Tan sólo es importante porque es un cliente; la tienda no quiere perderlo, pues ello indicaría que hay algo que funciona mal y que proba­blemente otros clientes se perderían por la misma ra-


160            ERICH    FROMM

zón. Es importante en su carácter de cliente abstracto; pero como cliente concreto no significa nada en abso­luto. No hay nadie que se alegre por su visita, nadie que se preocupe especialmente para satisfacer sus de­seos. El acto de comprar se ha vuelto análogo al de adquirir sellos en una oficina de correos.

Esta situación se acentúa aún más debido a los métodos de la propaganda moderna. Los argumentos comerciales del hombre de negocios de viejo estilo eran esencialmente racionales. Conocía sus mercade­rías, las necesidades del cliente y, sobre la base de estos conocimientos, trataba de efectuar su venta. Por cierto sus argumentos no eran del todo objetivos, es­forzándose por persuadir al cliente lo mejor posible; sin embargo, para ser eficiente y alcanzar sus objeti­vos, debía emplear una forma racional y sensata de persuasión. La propaganda moderna, en un amplio sector, es muy distinta; no se dirige a la razón sino a la emoción; como todas las formas de sugestión hipnótica, procura influir emocionalmente sobre los sujetos, para someterlos luego también desde el punto de vista intelectual. Esta forma de propaganda influye sobre el cliente, acudiendo a toda clase de medios: la incesante repetición de la misma fórmula; el influjo de la imagen de alguna persona de prestigio, como ser la de alguna dama de la aristocracia o la de un famoso boxeador que fuma tal marca de cigarrillos; por medio del sex-appeal de alguna muchacha bonita, atrayendo de ese modo la atención del cliente y debili­tando al propio tiempo su capacidad de crítica; me­diante el terror, señalando el peligro del "mal aliento" o de alguna enfermedad de nombre misterioso; o bien estimulando su fantasía acerca de un cambio impre­visto en el curso de su propia vida debido al uso de determinado tipo de camisa o jabón. Todos estos mé­todos son esencialmente irracionales; no tienen nada que ver con la calidad de la mercadería y apagan.


 FROM ERIK  - EL MIEDO A LA LIBERTAD .                                          161

publicado por sandraaun a las 10:28 · Sin comentarios  ·  Recomendar
Comentarios (0) ·  Enviar comentario
Enviar comentario

Nombre:

E-Mail (no será publicado):

Sitio Web (opcional):

Recordar mis datos.
Escriba el código que visualiza en la imagen Escriba el código [Regenerar]:
Formato de texto permitido: <b>Negrita</b>, <i>Cursiva</i>, <u>Subrayado</u>, <li>· Lista</li>
img
.Sobre mí
FOTO

Maria Sandra Aun



» Ver perfil

img
.Calendario
Ver mes anterior Abril 2024 Ver mes siguiente
DOLUMAMIJUVISA
123456
78910111213
14151617181920
21222324252627
282930
img
.Buscador
Blog   Web
img
.Tópicos
» Articulos de Procedencia Truchos es la Negacion de (4)
» Cambios Revolucionarios (1)
» DERECHOS CIVILES (1)
» Eurocentrismo (1)
» grupos de presion (0)
» HISTORIA (1)
» HISTORIA ARGENTINA (2)
» MUTILACIONES (2)
» PERÍODO COMPLEMENTARIO CÍVICA SAVIO 3 (1)
» SOCIEDAD Y CONSUMO (1)
img
.Nube de tags [?]
img
.Secciones
» Inicio
img
.Enlaces
img img
FULLServices Network | Blog gratis | Privacidad